Querido amigo,
Simplemente porque estudiás cine encontrarme con vos, aunque sea sólo en medio de un fárrago de palabras, es como verme yo mismo reflejado en el espejo del tiempo. Nos parecemos tanto que tu presencia hoy y aquí me demuestra que la inmortalidad existe. Hasta tal punto que ni siquiera me imagino que soy yo quien esto te escribe sino vos a alguien como yo dentro de muchos años.
Pensarás que no te interesa conversar conmigo ni siquiera escucharme porque el mundo ha cambiado y los valores de ahora ni se parecen a los de antes. Y no sólo los valores, los riesgos, las músicas, los miedos, las costumbres, los modos de relacionarse, de expresarse, de vestirse, de juzgar el futuro y el pasado.
Te diré: han ocurrido tantas cosas desde que el mundo es mundo que nada podría ser hoy igual que antes, lo comprendo. En todos los países (si los países existen realmente) han sucedido innumerables acontecimientos, desmoralizantes algunos, maravillosos otros, que nos incitan a pensar que la vida es una ocurrencia misteriosa. Tal vez alguna vez podamos, vos o yo, averiguar quién pudo haberla escrito así y descubrir qué somos en realidad, lectores o lectura.
Debemos coincidir ante todo en que el descontento es la condición primordial del artista. El camino de las imágenes, como ningún otro, permite la observación, el análisis, la demostración, la crítica y aún la autocrítica. Con una ventaja: por él transitan también otras manifestaciones del arte, la literatura, la pintura, la música; y de las ciencias, la psicología, la física, la química.
Lo mejor será que trates de observar todo desde tu conciencia y desde tu propia estética con una sola limitación, no creer que sólo tu punto de vista existe. En la trama de la vida somos muchos, cada uno con su identidad diferente, y todos valemos lo mismo aunque tengamos funciones distintas. En ese sentido nuestras vidas se parecen a un equipo de filmación en el que cada uno desempeña su rol único e imprescindible. Por propia decisión, elegiste la misión infinita y difícil de intentar describir un mundo cada vez más complejo y preocupado que, sin proponérselo, y sin decírtelo, espera mucho de vos. Sin tu aporte creativo estoy seguro de que el mundo será peor cada día.
Las imágenes que te rodean te van a ayudar a concebir y a desarrollar las tuyas. Antes que vos fueron muchos quienes lo han intentado y pocos quienes lo consiguieron. El cine es hoy una jerarquía dentro de las artes gracias a ellos. Si no hubieran existido sería sólo un entretenimiento más. Ellos fueron lo que vos debés proponerte: ser distinto, esquivar las modas, no detenerte ante los obstáculos y realizar tus sueños. En el cine, tan fatalmente ligado a factores materiales, no es fácil ni posible lograrlo si no te lo proponés enfáticamente.
El cine no es una artesanía, es un arte. Y por sobre todo un hecho cultural. Y tal vez una religión que nos permite ver, conocer y comprender el mundo. No es una cáscara ni un envoltorio. No basta filmar bellas imágenes vacías de contenido. Una película no debe ser consecuencia del hacer sino del pensar, del sugerir, del proponer. El espectador no es un animal exánime en la oscuridad sino una persona que busca soluciones a sus dudas y respuestas a sus preguntas. El cine no debe ser evasión ni invasión sino un tren de luz hacia la inteligencia y la libertad.
Ese es el verdadero camino. Transitalo con lucidez y convicción para encender la posibilidad de vivir de tus sueños. Sería lo mejor que podría ocurrirte. Si lo conseguís, siempre habrá alguien en este mundo interesado en recibir una carta tuya.
Felices sueños.
Manuel Antin
Fundador